¿Qué pasa si me declaro insolvente en España?

En el transcurso de nuestra existencia, podemos pasar por situaciones económicas adversas que pueden conducirnos a la insolvencia. Este es un estado nada deseado, donde nuestra capacidad de cumplir con las obligaciones pecuniarias queda mermada o totalmente anulada. En España, la insolvencia no solo tiene repercusiones financieras y legales, sino también sociales. A lo largo de este artículo, conoceremos con mayor detalle las consecuencias de declararse insolvente en territorio español.

La insolvencia puede ser tanto personal como empresarial. En cualquier caso, estamos hablando de una realidad en la que las deudas son inasumibles. Ante esta situación, muchas personas optan por la declaración de insolvencia, pero ¿qué implica realmente? Es vital conocer las implicancias legales y los pasos a seguir para sortear de la mejor manera posible esta circunstancia.

Proceso legal de insolvencia

Ante la incapacidad de hacer frente a las deudas, el primer paso es declararse legalmente insolvente. Este proceso se rige por la Ley de Segunda Oportunidad, que permite a una persona física o jurídica liberarse de sus deudas insatisfechas tras la liquidación de su patrimonio.

Consecuencias legales para individuos

Si un individuo se declara insolvente, su nombre será incluido en los registros de morosos como ASNEF o RAI. Además, perderá su capacidad para administrar su patrimonio y será nombrado un administrador concursal. La declaración de insolvencia podría afectar su acceso a futuros créditos y su reputación fiscal.

Consecuencias legales para empresas

Si una empresa se declara insolvente, el administrador concursal asume el control de las operaciones comerciales. Este puede decidir cesar las actividades empresariales si considera que son inviables o continuarlas con el objetivo de pagar a los acreedores.

El Convenio de Acreedores y el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI)

Una vez declarada la insolvencia, la ley prevé dos mecanismos para solucionar la situación económica: el Convenio de Acreedores y el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI). El primero busca reestructurar las deudas y el segundo exonerar al deudor de las deudas no satisfechas.

Convenio de Acreedores

El Convenio de Acreedores es un acuerdo entre el deudor y sus acreedores en el que se negocian pagos a plazo, quitas o esperas. Este convenio puede permitir al deudor superar su estado de insolvencia y retomar su actividad normal.

Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI)

El BEPI es un mecanismo legal que permite liberar al deudor de las deudas no satisfechas tras la liquidación de su patrimonio. La ley establece ciertos requisitos para acceder a este beneficio, como haber actuado de buena fe.

Preguntas frecuentes

Algunas dudas y preguntas frecuentes resueltas:

¿Cómo me declaro insolvente?

Para declararte insolvente, debes contratar a un abogado y presentar una solicitud de declaración de concurso de acreedores en el juzgado correspondiente.

¿Puedo obtener crédito después de declararme insolvente?

La declaración de insolvencia puede impedir o dificultar que obtengas crédito en el futuro. Tu nombre estará en los registros de morosos, lo que puede afectar tu puntaje crediticio.

¿Puedo mantener mi empresa si me declaro insolvente?

Es posible mantener la empresa después de declararse insolvente. Sin embargo, la decisión está en manos del administrador concursal.

¿Existe alguna alternativa a la declaración de insolvencia?

Existen varias alternativas a la declaración de insolvencia, como la reestructuración de deudas, la negociación directa con los acreedores o la venta de activos para saldar las deudas.

¿Cómo afecta la insolvencia a mi reputación fiscal?

La declaración de insolvencia puede afectar negativamente a tu reputación fiscal. Podría resultar difícil para ti obtener financiación en el futuro y podrías enfrentarte a restricciones en tu actividad económica.